Comunidades energéticas: el actor clave de la transición energética

Se asocia mucho las comunidades energéticas al autoconsumo colectivo con placas solares. Y aunque, en la mayoría de los casos, las comunidades energéticas arrancan con un proyecto de energía renovable, pueden ir mucho más allá.

Crear una comunidad energética es reunir diferentes actores voluntarios de su urbanización (particulares, empresas, ayuntamientos, etc.) para llevar a cabo proyectos locales hacia una mayor independencia energética de las personas. Se busca, ante todo, beneficios para la comunidad y el medioambiente, fomentando al mismo tiempo la mejora de la economía local.

¿Qué tipo de proyectos se pueden llevar a cabo?

Las comunidades energéticas pueden poner en marcha diferentes tipos de proyectos:

    • Autoconsumo colectivo
    • Rehabilitación de edificios
    • Carga de coches eléctricos
    • Almacenamiento de energía
    • Generación, distribución y consumo de energía renovable

Contribuye a los 3 pilares fundamentales del desarrollo sostenible

Gracias a estos proyectos, las comunidades energéticas generan beneficios a nivel de los 3 pilares fundamentales del desarrollo sostenible: medioambiental, social, económico.

Medioambiental

La producción y el consumo de una energía renovable contribuye a descarbonizar el mix-energético español, y por consiguiente, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Este último punto es aún más verdadero si el autoconsumo está acompañado por un uso eficiente y responsable de la energía.

Social

La aparición de las comunidades energéticas y de su todavía compleja constitución, requiere la creación de nuevos puestos de trabajo para acompañar a las personas tanto a nivel administrativo y tecnológico como formativo. Actuar en grupo fomenta, por otra parte, la cohesión social. Además, las comunidades energéticas, según el funcionamiento elegido, pueden contribuir a la lucha contra la pobreza energética.

Económico

Las iniciativas llevadas a cabo por los ciudadanos a través de las comunidades energéticas alimentan la economía local, abren la puerta a nuevas subvenciones, generan oportunidades de inversión y pueden llegar a crear otras fuentes de ingresos.

Una dimensión social fuerte

Reunir a personas con vidas y personalidades muy distintas para lograr un mismo objetivo es complejo. Primero, hay que encontrar a personas suficientemente motivadas para formar la comunidad energética. Piensa que pueden unirse tanto particulares como empresas, ayuntamientos y asociaciones.

Recuerda que tener afinidades con tu grupo está bien, pero tener competencias varias está mejor. Eficiencia energética, finanzas, administración, comunicación, etc. Es muy importante contar con perfiles distintos y calificados.

Las comunidades energéticas suelen constituirse como cooperativas o asociaciones por lo que se busca claramente en prioridad beneficios para la comunidad y no una actividad lucrativa.

El gobierno español quiere impulsar y facilitar el proceso de creación de las comunidades energéticas mediante subvenciones destinadas a las llamadas Oficinas de Transformación Comunitaria (OTC) para acompañar a las comunidades en todo el proceso.

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