Con la creciente adopción del autoconsumo, han surgido diversas soluciones para maximizar su aprovechamiento, especialmente cuando los paneles generan más energía de la que se consume.
Entre estas opciones, la batería virtual destacó por su facilidad de implementación y su carácter atractivo para los hogares. Sin embargo, este modelo tiene sus carencias que la batería compartida parece querer suplir. Veamos cómo funcionan y qué les diferencia.
¿Qué es una batería virtual?
Una batería virtual no almacena la energía generada por tus paneles solares de manera física, como lo haría una batería convencional. En lugar de ello, la comercializadora atribuye un valor económico (en €) a los excedentes generados por tus paneles (en kWh) y los almacena en un “monedero virtual”.
¿Qué hago con el dinero almacenado?
Cada comercializadora define las condiciones de utilización del dinero acumulado gracias a los excedentes de producción.
En la mayoría de los casos, puede utilizarse para compensar facturas posteriores del hogar -sólo la parte correspondiente al consumo, pero a veces también la potencia y los cargos e impuestos – o de una segunda vivienda del mismo propietario.
Principales beneficios de la batería virtual
- Sin necesidad de instalación física: al no requerir una batería en tu hogar, te ahorras los costos y el espacio de una instalación.
- Ahorro directo en la factura: aunque no almacenas la energía físicamente, recibes un beneficio económico que compensa el consumo en horas no solares.
- Mayor flexibilidad: puedes aprovechar la energía en cualquier momento, sin preocuparte por la capacidad de almacenamiento.
Ahora que entendemos cómo funciona la batería virtual veamos el modelo de la batería compartida.
¿Qué es una batería compartida?
Una batería compartida es un sistema físico de almacenamiento de energía, pero en lugar de instalarse en tu hogar, se instala en tu localidad y se gestiona de forma remota por una empresa para que tus vecinos puedan también utilizarla.
Cuando tus paneles solares producen más energía de la que consumes, este excedente se transfiere a la batería compartida, donde se almacena para su uso posterior. A diferencia de una batería virtual, en este caso, estás almacenando kilovatioshora reales, no euros.
¿Cómo y cuándo se recupera la energía almacenada?
Tus excedentes de producción diarios se transfieren automáticamente a la batería compartida. Esa energía almacenada se te devuelve por la noche cuando la producción solar no es suficiente para cubrir tus consumos.
La batería se descarga al completo cada día por lo que si has almacenado más energía de la que te hace falta por la noche, el resto se vuelca a la red general y recibes una retribución económica por ello.
Ventajas de una batería compartida
- Almacenamiento físico de energía: a diferencia de una batería virtual, aquí se almacena la energía en forma de kWh reales, asegurando que lo que produzcas no pierda valor.
- Sin instalación en casa: no necesitas tener una batería física en tu hogar, ahorrando espacio y reduciendo riesgos de seguridad.
- Costes de mantenimiento cubiertos: al estar gestionada por una empresa especializada, los costes de mantenimiento y actualización de la batería no son tu responsabilidad.
Diferencias clave entre batería compartida y batería virtual
Aunque ambos sistemas permiten almacenar el excedente de energía solar, tienen diferencias importantes:
Almacenamiento de energía: físico vs. virtual
La batería compartida almacena la energía en kWh reales, mientras que la batería virtual otorga créditos monetarios. Esto significa que, con una batería compartida, tienes mayor control sobre la cantidad de energía que consumes, mientras que en la batería virtual dependes de la equivalencia en dinero, que puede variar según las tarifas eléctricas.
Costes y ahorro a largo plazo
Si bien la batería virtual puede ser más barata de inicio, ya que no requiere una inversión en almacenamiento físico, los ahorros reales a largo plazo pueden depender de cómo evolucionen los precios de la electricidad.
La batería compartida, aunque tiene un coste de acceso al servicio (cuota mensual), ofrece una mayor seguridad en términos de consumo, ya que no estás sujeto a las variaciones de tarifas.
Caducidad de la cantidad almacenada
La batería compartida, por normativa, se descarga en su totalidad cada día, independientemente de si necesitas toda tu energía almacenada o no. Por lo que se podría decir que tus excedentes caducan al finalizar el día.
En cambio, con una batería virtual existen diferentes modalidades. Algunas tarifas te permiten conservar tu dinero en la hucha virtual sin fecha límite mientras que otros te dejan hasta un año para disfrutar de ello.
¿A dónde va tu energía?
Es probable que este tema te deje indiferente, pero es un punto decisivo para el futuro del almacenamiento de energía.
La batería virtual NO influye en la gestión eficaz de la energía producida, ya que cualquier excedente se vierte inmediatamente a la red. Esto supone que, durante las horas de sol, la red puede estar saturada.
El uso de una batería compartida resuelve este problema, ya que evita que la energía sobrante se vierta a la red almacenándola cerca y liberándola cuando aumenta la demanda.
¿Cuál es la mejor opción para ti?
La elección entre una y otra dependerá de tus necesidades de consumo, tus objetivos de ahorro y tu preferencia por el control energético.
Si tienes un consumo energético alto y generas una gran cantidad de energía solar, una batería compartida te permitirá maximizar la utilización de tu producción. Para hogares con consumos más moderados, la batería virtual puede ofrecer un equilibrio entre ahorro y simplicidad.
Sin embargo, ciertas comercializadoras ya han empezado a quitar sus servicios de batería virtual ya que no contribuyen a mejorar la gestión de la energía y la eficiencia del sistema eléctrico en su conjunto.
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